A la luz de esta afirmación, examinaremos primero el Antiguo Testamento, y trataremos de ver cómo nuestro Salvador, Jesucristo mismo (en términos de promesa y cumplimiento), es el tema unificador de la Escritura. Por ‘ley’ se entiende el Pentateuco, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. ¿Podemos realmente hallar a Cristo en ellos? Sin duda alguna. Para comenzar, contienen algunas profecías fundamentales de la salvación de Dios por medio de Cristo y que se reflejan en el resto de la Biblia.
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